Inodoro tapado
Esto es algo que, tarde o temprano, a todos nos sucede. Usamos el inodoro y al tirar de la cadena empieza la pesadilla… el agua no para de subir, nada parece viajar por las tuberías, y nos imaginamos claramente el piso inundado y un inodoro actuando en modo fuente.
Los atascos en inodoros son un problema frecuente y angustioso, pero afortunadamente, existen varias maneras de revertir la situación y devolver todo a sus funciones óptimas. Con o sin desatascador. Conozcamos algunas de las opciones más sencillas y efectivas que tenemos para resolver este problema, aunque hay que destacar que la ayuda de un profesional te dará más garantía (625 184 712).
1. El clásico método del desatascador:
La opción predilecta desde que los inodoros existen es el del desatascador, chupón, sopapa, etc., un succionador de goma unido a un mango, que suele ser el mejor aliado para destapar nuestro inodoro.
Es recomendable pasarlo primero por agua caliente, para ablandar un poco la goma y que se adapte mejor al espacio. Posteriormente se coloca dentro del inodoro, de manera que cree un sello hermético (o lo más cercano posible al hermetismo) en el agujero del mismo.
Luego viene la parte de fuerza bruta. Bombea un par de veces el desatascador hacia abajo, en movimientos firmes, y luego rompe el sello rápidamente halándolo hacia afuera. Problema solucionado… y si este no es el caso, sigue leyendo.
2. La serpiente desatascadora:
Si la obstrucción en el flujo requiere más que un simple desatascador, puedes recurrir a una “serpiente”. Esta herramienta consiste en un largo alambre metálico, que se introduce en el inodoro y posteriormente se agita vigorosamente.
Puedes hacerte con una de ellas en la mayoría de las ferreterías o tiendas especializadas, y el modo de empleo es bastante sencillo: introduces el alambre hasta que alcances aquello que obstruye el agua, y procedes a moverlo bruscamente. Si todo va bien, debería empezar a fluir de nuevo el líquido.
3. La mezcla anti atascos:
Si la fuerza no parece funcionar, quizás sea hora de usar el cerebro y la paciencia. Para ello, puedes elaborar fácilmente una sustancia casera para contribuir al desatasco de tu inodoro.
Necesitarás calentar unos pocos litros de agua (de 2 a 5, dependiendo de tu inodoro), pero que no hiervan, ya que esto podría agrietar la cerámica. Mientras el agua calienta, añade a la del inodoro una taza de bicarbonato de sodio y dos tazas de vinagre.
Cuando ambos ingredientes comiencen a mezclarse, y empiecen a brotar burbujas, es hora de añadir el agua bien caliente en su totalidad. Lo que se busca es que la fuerza del agua y su temperatura ayuden a deshacer el motivo del atasco, aliándose con la mezcla de vinagre y bicarbonato que actúa de forma similar.
Puede tomar cierto tiempo que esta mezcla funcione correctamente, por lo que te recomendamos que lo dejes actuar de un día a otro, si el factor tiempo está de tu lado.