El manejo de las sustancias químicas requiere cada vez mayor especialización por parte de quien la gestiona; debido a la peligrosidad que puede suponer para la humanidad. Existe un tráfico mundial en expansión que las manipula y las deposita, al que es necesario seguir y tener bien vigilado para evitar desastre por los que ya hemos pasado. En este artículo viajaremos al pasado, para recordar los desastres de la mala gestión de los desechos tóxicos.
Gestión de los desechos tóxicos a mediados del siglo XX
El problema del vertido de residuos tóxicos empieza a despuntar a principios de la década de 1970, en barrio Love Canal, cerca de las cataratas de Niágara en Estados Unidos. Por aquel entonces, se produjo un aumento alarmante en el número de bebes nacidos con discapacidades; de igual manera aumentaba el número de personas reportadas con cáncer ¿Qué estaba pasando?
Se comenzó a hacer una investigación más profunda y esta investigación dio una primera pista que podía ser la causa. Miles de viviendas y escuelas localizadas en el sector afectado, habían sido construida sobre terrenos de Hooker Chemical Company. Esos terrenos se habían destinado para servir de vertedero de los desechos químicos en los años 40. Dentro de las sustancias vertidas estaban la dioxina, lindano y mirex que habían sido asegurados en bidones de acero, cumpliendo con las normas de aquel momento. Y…entonces, ¿Qué ocurrió?
Insuficiencia de la normas en la Gestión de los desechos tóxicos
Realmente lo que ocurrió fue que en 1953 el vertedero se cubre y sella con arcilla, pensando que no había más que hacer, pues ya se había cumplido con la norma de depósito de los desechos tóxicos. Y así, se comienza a edificar sobre el vertedero, dejando atrás el recuerdo de lo que había sido este terreno. Pero 17 años después, en 1970, lo bidones habían envejecido y se comenzaban a oxidar; este óxido permitió el escape y filtración de las sustancias tóxicas a la tierra y a las aguas subterráneas. No pasó mucho tiempo cuando también pasó al aire. En 1978 fue declarada la zona oficialmente como zona catastrófica y 1000 familias tuvieron que mudarse.
Poco después de este desastre se registraron varios más por todo el mundo y es cuando se decide dar una mayor atención a lo que estaba ocurriendo. De esta manera, en muchos países se comienzan a establecer controles para la gestión de materiales tóxicos y se vigilan los terrenos destinados para el vertido de los residuos.
En la Unión Europea esta actividad comienza a tener lugar a partir de 1980 y desde entonces cada vez se mejora la política de protección al medio ambiente y los recursos naturales. Hoy día los vertederos deben satisfacer ciertos niveles de seguridad y protección, para asegurar que los materiales tóxicos no se filtren a la tierra ni se fuguen a las aguas subterráneas o se escapen al aire. Estos vertederos deben asegurar su gestión de desechos tóxicos durante al menos 20 años.
Una lección aprendida que seguro dista de ser perfecta, pero que con ayuda de todos se podrá construir una comunidad más consciente y segura para la humanidad.